"A veces creo que... todo lo que queremos que pase, si pasa.

Solo que no lo sabemos ver. Mientras corre el tiempo y nosotros creemos que hemos descifrado claves o pistas en las relaciones personales... la realidad nos lleva un paso de ventaja... ella es tan... callada, sutil y escurridiza, que terminamos por ponernos trampas a nosotros mismos... y hasta concebimos aún la capacidad de sorprendernos al descubrir que ha sucedido tal. Son 'otros' los detalles en los que deberíamos estar pendientes, en esos que nos gritan la verdad tan fuertemente y encima de la nariz. Pero no. Tenemos tan 'pregrabado' que sólo con los ojos se ve, y se pierde el sentido de conjunto para desarrollar la esencia del ser.

Eso me lleva a recordar una forma para explicar, lo que me ha dado por llamar La Teoría Sintáctica del Amor. Es facilísimo enamorarse. De hecho, el transcurso de los seres humanos es tan simple, que se lo complica induciendo 'enamoramientos'. Y después de todo, es y ha sido una excelente empresa. (¿alguien conoce el origen de los vestidos de novia que hoy son tan caros? o ¿desde cuando las canciones tienen letra y música, para dedicar a las parejas?) Monopoliza, domina, tergiversa y permite expandir o disminuir los límites del pudor según convenga.

Así que... finalmente los grandes se comerán a los pequeños... como círculo infinito. Por 'amor', la gente se une, forma familias, comete 'errores' (o una cosa por otra, en un momento inadecuado, llámese: embarazo en edad fuera del alcance promedio social), siembra nuevas emociones, ilumina u oscurece vidas, por amor canta y suspira. Las ilusiones abren mercado al mayoreo, y las pasiones quebrantan promesas, vendiendo su energía en vez de instinto, o disfrazada como eso que llaman amor.

Dicen que aquél que habla mucho de algo, en realidad no sabe nada al respecto... ¿Será lo mismo con el amor? No he llegado a saber todo lo que sé, y tampoco sé por qué, pero ahora no es tan importante.

Supongamos que en este momento salgo a la calle... camino sin rumbo por 20 minutos y de repente, en un parque... ahí está, justo en medio de toda la gente, con sus ojos maravillosos... y ese halo luminoso tan atrayente... un perro. ¡Y listo! No bastó más que mirarlo para caer rendidamente enamorada de él. Comienza el arduo sendero para la conquista, el sinuoso camino de las citas, las veladas y desveladas pensándole, soñándole, imaginándole...

Y ahora, que un humano se ponga o lo pongamos en el papel que ocupaba el perro. ¿Lo escogimos? ¿o fue lo más cercano y lo primero que llegó? Tan simple como caminar en tierra y 'toparte a dos pasos con el amor de tu vida'. Entonces, ¿eso de enamorarse es así como el conjunto de todo lo anterior? Tan solo así. Pasar el tiempo, las visicitudes, los espejos y los contras, con alguien más, que tampoco terminaremos de conocer. (tomando en cuenta el precepto de conocerse a sí mismo).

Aún no he determinado que la realidad es tan grotesca y difícil de aceptar, o que la realidad es lo único verdadero y cierto. Lo que si me ha dado por decir es como una conclusión temporal (o atemporal, según se quiera ver) :

El punto es, que cada quien puede enamorarse de kien sea; desde la primera persona ke pase por enfrente... hasta la persona ke se adapte mejor a su 'amor ideal'. "

Sin datos fijos, sin experimentos... pura y únicamente una opinión basada en el sentido común del medio que me rodea. P.D. Si no les gusta el texto, alegaré locura temporal. =o)

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Toy: feliz.

Disfruta y vive la vida !!